Disciplina y libertad

Por Oscar Escobar - Gerente General Red Guaraní

A esta altura las estadísticas nos revelan una realidad aterradora. No debemos como sociedad seguir aceptando que las personas mueran a nuestro paso o queden mutiladas por dar riendas sueltas al desenfreno como consecuencia del consumo de bebidas alcohólicas.

La crónica policial sobre accidentes en el tránsito vehicular perece no tener fin. Los responsables del control en la vía pública se muestran impotentes y se ven superados por el caudal de embriagados que juegan con sus vidas y con las nuestras. Nadie esta fuera del alcance de los “kamikazes alcoholizados" que haciendo mal uso de una licencia para conducir y la mal interpretada libertad, desafían (algunos conscientemente) a la muerte. Es necesario un equilibrio (no solo un test para beodo) entre la disciplina y la libertad.

Memoria triste


Da la sensación que los ejemplos no permeabilizan el mínimo razonamiento lógico. Existen personas que antes de comenzar a consumir su correspondiente dosis, formulan sus críticas y recomendaciones de manera grandilocuentes en abierta hipocresía. Centenas de familias hoy reviven la triste memoria de haber perdido un ser querido cuando observan los destrozos o escuchan el pulular de las sirenas de bomberos y ambulancias en medio de una nueva emergencia.

Los ciudadanos ebrios que conducen irresponsablemente son merecedores de nuestra misericordia y requieren el apoyo de sus familiares. Existen centros de tratamiento y recuperación que de manera gratuita y amorosa acompañarán a las personas a superar el hábito de beber alcohol.

Que el alcohol no nos gane

Nadie debe estar ajeno a la responsabilidad moral de cooperar de manera perentoria con las organizaciones y programas dedicados a instalar una conciencia cívica tendiente a atenuar las amargas experiencias que día a día enluta a las familias paraguayas. Empecemos por rechazar la invasión de ofertas de bebidas alcohólicas por los medios masivos de comunicación, las degustaciones y enseñanzas de cómo sorberlas que nos muestran en vivo los conductores de tv y las engañosas imágenes de galán o esbelta figura femenina que se puede lograr bebiendo dicha bebida en abundancia.

Es mentira, es una invitación a la muerte. No seamos permisivos con los males que corroen las raíces familiares. No observemos las tragedias ajenas sin inmutarnos. Unámonos en oración y ruego a Dios por un Paraguay sin vicios.

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