Paraguayidad. No es simplemente una palabra que hoy desconoce el diccionario de la Real Academia Española .
Es la conjunción de anhelos y sentimientos encontrados.
Es la fervorosa expresión de patriotismo demostrada espontáneamente por los paraguayos como si fuese una expresión de revanchismo a las frustraciones, mesquindades, carencias y falta de oportunidades que ningun habitante de esta tierra desconoce.
Sin embargo las banderas enarboladas por doquier y los cánticos a voz de cuello hicieron la fiesta inolvidable.
No habrá sido una celebración perfecta, pero nuestro Bicentenario fue original e irrepetible. No desaprovechemos la inercia convertida en entusiasmo y vitalidad que ha generado esta recordación.
Los héroes no emergen por casualidades ni gestan hazañas en las improvisaciones.
Quienes dejan sus nombres en la historia por buscar justicia y equidad no claudican ante la adversidad. Se nutren de voluntad e iniciativa para llevar adelante con firmeza sus propósitos.
Un liderazgo real se afirma en la integridad y el coraje , que sin lugar a dudas estos fueron los claros atributos de los independentistas, de los héroes de la guerra grande y los gloriosos cambatientes chaqueños.
Nuestro Bicentenario expresa un ideal . La recordación de la Gesta de 1811 es la excusa.
Está en marcha en una dimensión aun invisible para nuestros ojos , el anhelado reencuentro nacional que sobrevendrá sobre las hipocresias y las enemistades que tanto daño ya han causado al Paraguay.
Hagamos propicio este mayo y el sentir popular para transformar la paraguayidad en una sólida República y testimoniar que valoramos nuestro pasado y aquel grito de libertad y viva el Paraguay que aun retumba en los confines.
Hasta la próxima.
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